Brasil anunció que pretende adquirir 46 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus que desarrolla la empresa china Sinovac (CoronaVac), por un valor de 427 millones de dólares.
Esa iniciativa se suma a la negociación ya pactada con la empresa AstraZeneca y la Universidad de Oxford, mediante la cual el Gobierno de Jair Bolsonaro garantizó 100 millones de dosis de otra vacuna que, al igual que la de Sinovac, se experimenta en Brasil, un país en el que la pandemia ya deja unos 154.200 muertos y 5,2 millones de contagios.
Eduardo Pazuello, ministro de Salud brasileño, hizo el anuncio en una conferencia virtual con 24 de los 27 gobernadores del país, a los que aseguró que las vacunas compradas por el Gobierno federal serán distribuidas entre todos los estados, por medio del Plan Nacional de Inmunizaciones (PNI).
“Tenemos la experiencia de todos los procesos de logística”, que fue “conquistada a lo largo de 47 años con el PNI”, manifestó el ministro en relación al programa de vacunación, creado en 1975 y considerado una referencia mundial por su alcance, en un país con unos 210 millones de habitantes.
Pazuello reiteró que la intención del Gobierno, aún pendiente de que la eficacia de los antídotos sea “comprobada científicamente”, es comenzar a vacunar a la población brasileña a partir del próximo mes de enero.
Sin embargo, tanto la vacuna de Sinovac como la de Oxford están aún en período de pruebas y, antes de ser suministradas, deberán ser certificadas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y por el propio Ministerio de Salud.
Ahora, el ministerio de Salud indicó que las tres vacunas (AstraZeneca, Covax y Butantan-Sinovac) representan 186 millones de dosis, que estarán disponibles en la primera mitad de 2021.
Pese a las compras previstas, el Gobierno federal ha alertado de que la vacunación no será obligatoria, lo que ha generado polémicas, sobre todo entre el presidente Jair Bolsonaro y el gobernador Doria, antiguo aliado del mandatario, aunque enemistado desde el año pasado.
Doria anunció el pasado fin de semana que, al menos en el estado de San Pablo, sus 42 millones de habitantes serán obligados a recibir la vacuna, lo cual fue apoyado por los partidos progresistas y de izquierda.
Bolsonaro, por su parte, respondió que la decisión sobre ese asunto le corresponde al Ministerio de Salud y que ya ha sido tomada. “No será obligatoria y punto final”, declaró.
“Hay un gobernador que se titula como médico de Brasil y dice que será obligatoria, pero no lo será”, apuntó Bolsonaro, aunque el asunto puede acabar en la Justicia pues, según la Corte Suprema, tanto los gobernadores como los alcaldes tienen el poder de decidir sobre los asuntos de salud pública en sus regiones.
Fuente: Infobae.com