Alemania registró 962 muertos por coronavirus en las últimas 24 horas la cifra diaria más alta desde el inicio de la pandemia, según datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, competente en la materia en el país.
Además, se detectaron 24.470 nuevos contagios, de acuerdo con las cifras actualizadas la pasada medianoche europea. El máximo de nuevas infecciones se había alcanzado el pasado viernes, con 33.777 positivos, mientras que la anterior marca récord de víctimas mortales se había registrado el miércoles pasado, con 952.
Los datos reflejan una cierta contención de los contagios respecto a la semana anterior, en que se superaron los 27.400, aunque por entonces no se computaron datos de un estado federado -Sajonia- por problemas técnicos.
En el conjunto de Alemania, la incidencia acumulada en los últimos siete días se sitúa en 195,6 casos por cada 100.000 habitantes. Las nuevas infecciones en siete días fueron de 162.256.
Es especialmente alarmante la situación en Sajonia (este del país), donde la incidencia semanal por 100.000 habitantes es de 414,1, más del doble de la media del conjunto del país. Le sigue Turingia, también en el este, con 319 casos por el mismo número de habitantes.
Con las cifras del pasado miércoles, el total de infecciones confirmadas desde el inicio de la pandemia en Alemania -con 83 millones de habitantes- se sitúa en 1.554.920, de los cuales 1.160.100 son pacientes recuperados. El total de fallecidos con o por la enfermedad de COVID-19 ascendió a 27.968.
El factor de reproducción (R), que toma en consideración las infecciones en un intervalo de siete días respecto a los siete anteriores, se sitúa en el conjunto de Alemania en 0,95 -frente a los 0,98 de ayer-, lo que implica que cada cien infectados contagian de media a otras 95 personas.
Drásticas restricciones en la vida pública y escolar
Alemania se encuentra, desde el pasado 16 de diciembre, bajo drásticas restricciones en su vida pública y escolar. Solo continúan abiertos los comercios esenciales, tales como los de alimentación, bebidas y otros productos de uso diario, además de droguerías, farmacias, ópticos, artículos ortopédicos, bancos y correos. En algunos estados también permanecen abiertas las librerías.
Desde principios de noviembre se mantienen cerrados bares y restaurantes -aunque pueden vender comida para llevar- y la totalidad de la vida cultural, desde óperas y museos a cines y teatros.
El gobierno solicitó encarecidamente a los ciudadanos evitar todo tipo de viajes que no sean necesarios, tanto dentro del país como al extranjero, y restringir al máximo los contactos sociales.