La defensora general, María Lorena Segovia Azucas, se refirió sobre la complejidad de la detección del abuso sexual. Como principal estrategia propuso escuchar al niño, niña o adolescente, constantemente y con mucha atención, para saber cómo está, cómo se siente, que le está sucediendo. “…Una escucha activa dejando que expresen espontáneamente sin interrumpir ni callar; poniendo en el centro la felicidad de niños, niñas y adolescentes…” destacó.
Resaltó que el abuso sexual requiere que estemos en alertas, ya que no produce lesiones visibles a simple vista, no hay testigo. Hay señales que van desde la desnutrición, la falta de escolarización o ausencia de atención médica básica. En protección a los niños, niñas y adolescentes, el Ministerio de la Defensa Pública tomó un conjunto de medidas para fortalecer la protección de la niñez, aunque todavía existen desafíos, según señaló.
Reflexionó sobre la necesidad de repensar nuestras relaciones, prioridades y que seamos agentes de protección de la niñez. Plantea como tema que afecta a toda la sociedad, como se presentan en los datos estadísticos que evidencian la necesidad de democratizar las relaciones familiares.
La defensora general, Lorena Segovia, calificó al abuso sexual a niño, niña o adolescente como una de las peores formas de violencia, que además ocurre sin distinciones en todos los estratos socioculturales. “Las cifras son escalofriantes, solo este año más de 800 denuncias en 5 meses, pero no reflejan la realidad. Este es un crimen silencioso. Existe un sub-registro precisamente por la vergüenza, la confusión o el miedo que sienten los niños, niñas y adolescentes”, refirió.
Señaló que en la mayoría de los casos que llegan al sistema de justicia, los abusos son cometidos por personas que están dentro del círculo de confianza y que tienen mucho acceso, aprovechando esa situación, empleando la persuasión y manipulación y otras formas de coerción para lograr su objetivo. En este marco, recordó que la Defensa Pública representa a 353 niños, niñas y adolescentes -víctimas de abuso sexual- que fueron separados temporalmente de sus familias, pasando a guarda o abrigo.
La Defensora General señaló que no existe un perfil de personalidad específico ni tests que detecten o excluyan a quien agredió sexualmente a un niño o una niña. “Son personas que se encuentran en nuestro entorno y que pasan desapercibidos, porque su conducta social no muestra su conducta sexual”. Indicó igualmente, que según datos oficiales, el 99,5 % de los victimarios son varones, en su mayoría con vínculo de parentesco con la víctima. De las víctimas, el 50% tienen de 11 a 13 años; el 25% de 6 a 10 años, el 15% de 0 a 5 años y el 10% de 14 a 17.
La defensora general, Lorena Segovia, refirió que el abuso sexual no es un problema de los otros, sino es nuestro problema como sociedad. “Esto pasa en nuestras familias y cuesta hablar de ello. Pero ¿por qué pasa? Tiene que ver con que los niños, niñas y adolescentes no son vistos como personas, sino como objetos. Justamente de eso se trata este cambio paradigmático en los 90’: pasamos de la doctrina de la “situación irregular”, a la doctrina de la protección integral. Transición vinculada a la entrada en vigencia del instrumento internacional más relevante, más ratificado por los Estados, la Convención sobre los Derechos de la Niñez”, expresó. Finalmente invita a todas las personas a sumarse, a ser protectores de la infancia.