El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico del régimen del presidente nicaragüense Daniel Ortega, fue detenido esta madrugada en el último episodio del enfrentamiento entre la Iglesia católica y el gobierno.
La policía irrumpió en la curia de esa ciudad del norte del país, donde Álvarez permanecía sitiado desde hacía dos semanas, y lo trasladó a Managua. “El señor obispo se mantiene en resguardo domiciliar en esta ciudad capital”, dijo la Policía en un comunicado, aunque no precisó de quién era el domicilio. “Ha podido reunirse con sus familiares esta misma mañana”, así como con el cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, agregó.
La arquidiócesis de Managua divulgó un comunicado para expresar su “solidaridad y cercanía con la hermana diócesis de Matagalpa, ante el acontecimiento triste vivido la madrugada” de este viernes con monseñor Rolando Álvarez Lagos y los sacerdotes y laicos que le acompañaban.
“El Señor Arzobispo Cardenal Leopoldo Brenes tuvo la oportunidad de visitar y conversar con Mons. Álvarez en su residencia familiar, patentizando su estima fraterna en nombre de nuestra iglesia nicaragüense. Si bien su condición física esta desmejorada, su ánimo y espíritu están fuertes. Monseñor Álvarez le ha manifestado su confianza en la oración de todos ante esta difícil situación que vivimos en comunión eclesial”, afirmó el comunicado.
Y señaló: “Conscientes que la oración es la fuerza del cristiano, invitamos a continuar implorando a Cristo que interceda y vele por éste su pequeño rebaño. Esperamos que la razón, así como el entendimiento respetuoso, abran camino a la solución de esta crítica y compleja situación para todos”.
La Policía declaró que tomó la decisión de trasladar a Álvarez de la curia a Managua debido a que persistía en sus actividades “desestabilizadoras y provocadoras”. Los ocho sacerdotes, seminaristas y un laico que permanecían con Álvarez en la curia también fueron llevados a la capital de Nicaragua. Todos están bajo investigación.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró “muy preocupado por el grave cierre del espacio civil y democrático en Nicaragua, y por recientes acciones contra organizaciones de la sociedad civil, incluidas las de la Iglesia católica”, dijo el portavoz Farhan Haq a periodistas en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
La propia diócesis de Matagalpa (norte) alertó en la madrugada del ingreso de la Policía a la residencia del obispo. “SOS. Urgente. En estos momentos la Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa”, publicó en su cuenta de Facebook.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), dijo en Twitter que a las 03:00 de la madrugada (09:00 GMT) la policía “irrumpió en la casa cural llevándose con rumbo desconocido a monseñor Rolando Álvarez, junto con otras ocho personas, entre ellas sacerdotes y laicos”.
El obispo nicaragüense Silvio Báez condenó desde Miami a través de Twitter lo que llamó “el secuestro nocturno” de Álvarez.
“Qué indignante, se han llevado a Monseñor Rolando Álvarez, con los sacerdotes que estaban con él. Basta ya de tanto silencio!, hablen quienes tienen que hablar y dar la cara, a eso se le llama pecado de omisión”, dijo por su lado el sacerdote Edwing Román, exiliado en Miami, en redes sociales.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) invitó a orar por el obispo y el obispado de Perú expresó su solidaridad y dijo que acompaña “de modo particular, con su oración, a quienes han sido privados de su libertad”.
Por su parte, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, consideró “aberrantes” los hechos que rodean la detención del obispo Álvarez y pidió su liberación.
Fuente. Infobae.com