El Poder Ejecutivo anunció la presentación de un proyecto de ley que reglamenta las funciones de esta figura parlamentaria. El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, asumirá como senador vitalicio una vez culminado su mandato, a fin de “seguir aportando al debate de los intereses públicos y nacionales”.
El jefe de Gabinete Civil de la Presidencia, Hernán Huttemann, confirmó el interés del mandatario de seguir aportando al debate de los intereses públicos y nacionales, a través de la senaduría vitalicia.
Al respecto, explicó que esta figura constitucional aún no se halla reglamentada, por lo que, mediante el proyecto de ley, se busca sentar las bases legales que puedan determinar cuáles son los alcances legales en el ejercicio de la funciones de un senador vitalicio.
«Queremos que toda la experiencia que adquirieron los expresidentes durante su mandato pueda volcarse al debate público, mediante la labor legislativa que ellos asuman, si es que este proyecto de ley es aprobado», exteriorizó Huttemann.
«Esto fue un compromiso que asumió el presidente de la República, aquel 1 de julio del 2022 en ocasión a la presentación de su informe de gestión ante el Congreso. El presidente había referido que el destino que previeron los constituyentes para los expresidentes era la senaduría vitalicia», aseveró.
A su vez, el asesor jurídico de la Presidencia, César Trapani, informó que el Ejecutivo presentará este viernes el proyecto de ley que reglamenta la senaduría vitalicia, a fin de establecer reglas generales para ejercer las funciones de senador vitalicio.
“El proyecto, puntualmente y con especial deferencia hacia las facultades regulatorias internas que tiene la Cámara de Senadores, lo que intenta hacer es inaugurar ciertos mecanismos legales que entendemos son más elementales para desempeñarse como senador vitalicio”, detalló.
La propuesta consta de un mecanismo para la incorporación a la Cámara de Senadores, donde se indica que la condición de senador vitalicio se adquiere automáticamente al culminar el mandato presidencial, salvo que se exprese voluntad contraria al respecto.
Aclaró que el cargo no será remunerado, por lo que no se prevé ninguna asignación presupuestaria para retribuir sus funciones.
Tendrán las mismas compatibilidades que los senadores electos. Participará de las sesiones con voz pero sin voto. Entre las consideraciones del proyecto, también se halla lo relacionado a la renuncia, así como al conflicto de intereses y la prohibición de contratar con el Estado.
Fuente: Ip