El cardenal Adalberto Martínez manifestó a las nuevas autoridades de Gobierno, durante el solemne Te Deum, la necesidad de promover un desarrollo que busque el bien común, sea sostenible y genere condiciones para la prosperidad del país.
La celebración religiosa se ofició en la Catedral Metropolitana por motivo de la asunción al mando de Santiago Peña como nuevo presidente de la República para los próximos cinco años, y el 486° aniversario de la ciudad de Asunción.
El cardenal señaló que la Iglesia Católica aporta con su enseñanza social el quehacer de los gobernantes y autoridades para asegurar el reconocimiento de la dignidad humana, que implica el derecho a la existencia y a la satisfacción de sus necesidades básicas.
Sin embargo, apuntó Martínez, miles de personas en el país viven lo opuesto a estas aspiraciones, en lo que es «una diabólica contradicción» para acceder a derechos básicos, apelando a la solidaridad para contar con salud o a renunciar a su libertad por motivos económicos o por no contar con una educación que les permita ser libres, citó.
Esperanza en el nuevo Gobierno
«Con esperanza hemos tomado notas de los compromiso expresados por el presidente que hoy inicia su mandato de Gobierno: promover políticas públicas que posibiliten la prosecución del bien común, el desarrollo sostenible y la prosperidad del país», declaró
Agregó que el desarrollo no se limita al crecimiento económico, sino también que debe ocuparse del progreso social.
La Iglesia acompañará una gestión que busque el desarrollo común y denunciará acciones que atenten contra este objetivo, en lo que afirmó debe ser: «no dejar a nadie a un costado de la vida, ni ser indiferentes ante el dolor».
Lo opuesto al bien común es la corrupción, alertó el cardenal, lo que debilita al país e impide combatir a la delincuencia, al crimen organizado, la mala educación y salud, y no ignorar que el Paraguay es un Estado Social de Derecho.
El cardenal manifestó la esperanza con la que se observa el inicio de un nuevo mandato presidencial. Instó, por tanto, a las autoridades presentes a buscar el bien común, generar procesos de justicia social y no difundir intereses individuales, ni egoísmo, violencia o corrupción en cualquiera de sus manifestaciones. Fuente: Ip.