El Paraguay se posiciona como uno de los países con las penas más severas para quienes cometan abusos contra niños y niñas, tras la promulgación de la ley que eleva la pena hasta 30 años,de acuerdo a la gravedad, por casos de abuso sexual en menores. Este avance marca un antes y un después en la lucha contra la violencia infantil, reflejando el compromiso de las autoridades y la sociedad en garantizar un entorno más seguro para las futuras generaciones.
La reforma no solo eleva significativamente las penas para los abusadores, sino que redefine conceptos clave en el Código Penal, ampliando las herramientas legales para combatir distintas formas de violencia contra menores.
“La violencia hacia los niños y niñas es absolutamente intolerable”, destacó el presidente, Santiago Peña durante la presentación de la normativa, señalando que este cambio no solo castiga con dureza a los culpables, sino que también busca prevenir futuros abusos mediante una transformación cultural y legal.
Este hito legislativo es fruto del trabajo conjunto entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además del aporte de juristas y expertos en la materia. Las autoridades subrayaron la importancia de continuar con campañas educativas en escuelas y familias, así como la necesidad de fomentar la denuncia y el apoyo a las víctimas.
“Unidos como sociedad, debemos proteger a nuestros niños, porque ellos son el futuro y la esperanza de nuestro país”, concluyó el mandatario