Un escenario de tragedia se desató en Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas ubicado a orillas del río Guadalupe en Texas, que hasta hace pocos días era un lugar de risas y actividades veraniegas. Justo antes del amanecer del pasado viernes, día festivo en Estados Unidos, el río experimentó una crecida repentina y masiva, subiendo 8 metros en apenas 45 minutos en medio de un aguacero torrencial. La mayoría de las cientos de niñas dormían en cabañas situadas en terreno bajo, a menos de 150 metros de la orilla, que fueron rápidamente engullidas por la riada.
Las consecuencias de este desastre son devastadoras. Las literas del campamento quedaron derribadas y cubiertas de barro, con las pertenencias personales destruidas y esparcidas por lo que antes eran zonas de reunión y estudio de la Biblia.
Los organizadores de Camp Mystic han confirmado que al menos 27 niñas y miembros del personal perdieron la vida, incluyendo al veterano director del campamento, Richard «Dick» Eastland. La tragedia se agrava con la desaparición de diez niñas y un monitor del campamento, mientras que el número total de muertes por las inundaciones en el centro de Texas ya asciende a 81.
El horror de la situación fue descrito por Stella Thompson, una campista de 13 años que se encontraba en una cabaña en terreno elevado. Al escuchar helicópteros y enterarse de la inundación, relató que «todas nos pusimos histéricas y rezamos muchísimo», aunque su miedo no era por ellas, sino por quienes estaban en la zona baja. Stella describió escenas «horribles» durante la evacuación, con «kayaks en los árboles» y servicios de emergencia rescatando a niñas en el agua, transformando completamente el pintoresco paisaje del campamento.
