El conflicto en Gaza ha tomado un nuevo giro en la guerra psicológica, tras la publicación de un video por parte de Hamás en el que se muestra al rehén israelí Evyatar David, demacrado en un túnel. En el video, David afirma que no ha comido en días, una declaración que su familia ha condenado como una «campaña de propaganda» en la que, según ellos, Hamás lo está privando de comida «deliberada y cínicamente». La familia lo describió como un «esqueleto viviente» y un «fantasma».
Este incidente se produce en un momento de intensas acusaciones sobre la situación humanitaria en la Franja. Mientras Hamás utiliza el video para reforzar las denuncias de hambruna, Israel responde con medidas para mostrar su cooperación humanitaria. El ejército israelí ha informado de una «pausa táctica local» en tres zonas de Gaza y del establecimiento de «rutas seguras designadas» para convoyes. Además, ha intensificado los lanzamientos aéreos de paquetes de alimentos en cooperación con países como Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Francia, como parte de lo que ha descrito como una forma de desmentir «la falsa afirmación de inanición deliberada».
A pesar de las acciones de Israel, las agencias de ayuda humanitaria, la ONU y aliados europeos continúan refutando la afirmación israelí de que «no hay hambruna». El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, informó de que el número de muertes por desnutrición ha ascendido a 169 desde el inicio de la guerra. La publicación del video de Evyatar David añade una nueva y perturbadora capa al conflicto, en el que la información y la desinformación se convierten en armas tan potentes como las militares, y en el que la vida de los rehenes y la población civil se encuentran en el centro de esta disputa.