El Salvador se une al «club» de la reelección indefinida: La reforma de Bukele, un espejo de lo que pasó en Venezuela y Nicaragua

La reciente aprobación de la reelección presidencial indefinida en El Salvador, impulsada por el presidente Nayib Bukele, ha sido vista por expertos como un eco de la historia política de otros países latinoamericanos. La reforma, aprobada con una amplia mayoría en la Asamblea Legislativa, permite a Bukele postularse para continuar en el cargo sin un plazo de salida obligatoria, lo que genera comparaciones con los caminos seguidos por líderes como Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua. Esta medida, aunque presentada en nombre de la «soberanía popular», es vista por analistas como un claro riesgo para los contrapesos democráticos en el país.

El politólogo Mario Torrico, en entrevista con BBC Mundo, es contundente al afirmar que «la reelección indefinida es sinónimo de autocratización». El caso de El Salvador se asemeja al de Venezuela y Nicaragua en que el cambio constitucional se dio bajo un presidente con altos índices de popularidad y control sobre el poder legislativo y judicial. La reforma, además, se llevó a cabo de manera exprés, una táctica similar a la que usó Hugo Chávez en Venezuela cuando le pidió a su mayoría legislativa que «lo hagamos rápido».

La historia de la reelección indefinida en la región muestra que, cuando se permite, los presidentes tienden a «torcer reglas y acumulan poder», buscando controlarlo todo, lo que conduce a regímenes autocráticos. Aunque Bukele defiende la reforma comparándola con sistemas parlamentarios, expertos como Agustín Grijalva recalcan que esa distinción es crucial y que la reelección indefinida en un sistema presidencial solo tiene precedentes en países autoritarios. La decisión de El Salvador pone en evidencia la fragilidad de las instituciones democráticas cuando el poder se concentra de forma tan abrumadora en una sola figura.