Durante la reunión semanal de la Comisión de Relaciones Exteriores del senado, que preside Lilian Samaniego, se presentó un diagnóstico del funcionamiento de la Cancillería Nacional, donde destacaron entre otros aspectos, la necesidad de debatir y consensuar el proyecto de reforma de la Ley que hace al servicio Diplomático y Consular.
Igualmente, durante el debate, se planteó la eliminación del rubro de tercer secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores. La propuesta de eliminación será presentada por Antonio Barrios, ante la Comisión Bicameral de Presupuesto.
Samaniego explicó claramente a sus colegas que la Cancillería paga unos G. 8.800.000 mensuales a los contratados bajo este rubro y durante dos años sólo se dedican a estudiar. Teniendo en cuenta la crisis económica generada por la Pandemia del COVID19, y el pedido del presidente de aplicar políticas de austeridad en las diferentes instituciones, se pedirá a la bicameral suprimir este rubro.
Con el mencionado salario durante dos años, única y exclusivamente a estudiar sin cumplir otras funciones. Esto fue cuestionado por sus colegas, quienes aseguraron que este tipo de actitudes no condicen con la política de austeridad adoptada por nuestro gobierno y muchos otros, debido a la pandemia.
Lamentó que el propio Canciller Rivas y el presidente de la Asociación de Funcionarios de la Carrera Diplomática y Consular (ADEP), Julio Duarte Van Humbeck no se ajusten a la realidad del país y se opongan a la modificación de la ley Diplomática y Consular que permitirá que la Cancillería opere de forma más eficiente y menos costosa para el estado.
Samaniego destacó una serie de discriminaciones y falta de equidad debidas a la estructura de la normativa actual, entre ellas, el ingreso de funcionarios en forma selectiva, la creación de una brecha interna que divide a los funcionarios, lo que afecta el acceso a cargos, becas, rotaciones en el exterior, en la conformación del escalafón y en muchos otros temas.
Durante el debate, varios de los legisladores cuestionaron la actitud poco conciliadora del canciller Antonio Rivas, y resaltaron la falta de reciprocidad por parte del secretario de estado hacia el Parlamento.