En la víspera de la fiesta principal de la Virgen de Caacupé, el mensaje de la iglesia católica llamó a los laicos a ser protagonistas en la construcción de una sociedad mejor, fortaleciendo la familia y defendiendo la verdad y la justicia.
La homilía de la misa preparatoria para la celebración principal de mañana miércoles estuvo a cargo del presbítero Osmar López, párroco de la parroquia Santo Tomás Apóstol de Paraguarí, teniendo como tema «el protagonismo de los laicos en la construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad».
El religioso se dirigió a los laicos afirmando que «necesitamos asumir esta dignidad y ser protagonistas de una sociedad que queremos construir y que queremos ser».
En ese sentido recomendó fortalecer la oración en familia, la catequesis, así como la defensa de la verdad y la justicia en todos los ámbitos de la sociedad.
Respecto a la necesidad de la oración en familia, señaló que «en muchísimos hogares se ha perdido completamente la oración y si se reza se hace de forma individual. «Estamos construyendo hogares sobre arena, por eso hay familias débiles», dijo.
Igualmente, exhortó a las familias a asistir la misa dominical, que consideró un signo que marca la espiritual de ser miembro de la iglesia, como espacio donde «aprendemos a ser iglesia caminando al templo». La mejor catequesis de los padres es llevar a los hijos al templo, consideró.
Como misión de los laicos para ser protagonistas en la construcción de una sociedad, el presbítero instó igualmente a «defender la verdad y la justicia», afirmando que «un miembro de la iglesia debe ser un testigo de la verdad y de la justicia».
«Vivimos en medio de tanto robo y corrupción en nuestras comunidades, en la misma comunidad nos robamos todos pero, todos decimos por nosotros mismos que somos católicos», lamentó al referirse al flagelo del abigeato que afecta a comunidades de Paraguarí. «Eso no vemos ningún viso de solución, al contrario cada día aumenta», cuestionó.
En ese sentido instó a «ser agentes de justicia y hacer frente a la corrupción», e invitó a los laicos a cuestionarse si su conducta y presencia representa una molestia o un obstáculo a la corrupción. «Si no somos una molestia para la corrupción, entonces hemos perdido nuestro camino».
Finalmente instó a laicos y sacerdotes a «ir en busca de tantos hermanos que no tienen conciencia de su dignidad para que ellos también descubran que son hijos de Dios, para que todos juntos podamos construir un pueblo en paz, justicia y fraternidad, para ser la iglesia que tenemos que ser en busca de una sociedad mejor». Fuente: Ip