Se trata de una carga con más de 58 kilos de cocaína estaba por ser embarcada con destino a Madrid. La maniobra ilícita consistió en aprovechar el acceso a un área restringida de un empleado proveedor de bidones de agua quien trasladó el alijo hasta la zona donde se alistan encomiendas para su ingreso final en la bodega de pasajeros. Por el caso quedó detenido el implicado y a su vez ya se abre una profunda investigación orientada a las complicidades que facilitaron la violación de los protocolos de seguridad para el tráfico.
Llamó la atención de los Agentes la presencia de un paquete de encomiendas que no había transitado por los canales de verificación correspondientes, ante las sospechas de un ilícito, recurrieron al can Sora para la inspección, el agente canino alertó sobre la presencia de droga en el interior del paquete.
Ante la sospechas, el hecho fue comunicado a la fiscal Abg. Elva Cáceres y junto a los Agentes recurrieron a las imágenes de circuito cerrado a fin de indagar sobre la identidad de la persona encargada del depósito.
Un hombre identificado como Luis Gilberto Casuriaga Cubilla de 34 años, había accedido mediante un transporte de agua con el cargamento en el tramo final de la cadena logística de carga y exportación de encomiendas.
La fiscal, dispuso la detención del empleado y la verificación del paquete, lo cual derivó en el hallazgo de un total de 58 kilos 498 gramos de cocaína.
Aunque las incautaciones de droga en el aeropuerto siempre son noticia, este caso llamó la atención por una nueva modalidad detectada.
La cocaína incautada tiene un valor en España de unos 3,5 millones de dólares.