Bolivia no sabe con certeza si finalmente deberá concurrir nuevamente a las urnas por una segunda vuelta que debería ser disputada entre el actual presidente Evo Morales (Movimiento al Socialismo, MAS) y su rival de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa.
Faltan computar alrededor de un 15 por ciento de los datos, que según el jefe de estado provendrán de las zonas rurales y serán favorables a su fórmula, sin necesidad de disputar un balotaje.
La interrupción de los datos se dio inmediatamente después de que se conocieran los primeros números del escrutinio a las 19.40 (hora local). En ese momento se conocieron el 83,76 por ciento de las actas verificadas que indicaban que a Morales no le alcanzaba para consagrarse en primera vuelta. De acuerdo a esa difusión, el MAS había obtenido 45,28% de los sufragios, mientras que CC cosechó 38,16%.
Los principales referentes políticos del país cuestionaron la abrupta interrupción de publicación de datos de un momento a otro y sin explicación, temiendo que el Palacio Quemado -la sede gubernamental en La Paz- intente articular algún tipo de maniobra para evitar concurrir a un balotaje lo que comprometería seriamente las posibilidades de Morales de permanecer en el poder.
Incluso, la comunidad internacional comenzó a mostrar signos de preocupación por la irregular situación que muestra el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), dependiente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que dispuso no actualizar los números de la elección. La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) exigió que el TES explique por qué interrumpió la transmisión de resultados. Es que desde que dio los primeros datos, dejó de publicar información y crece el temor de fraude.
La delegación de la OEA es la más numerosa entre los observadores de organismos internacionales, con veedores en Bolivia y algunos países donde también se votó durante esta jornada. Sin embargo, pese a la presión internacional, desde el círculo más próximo de Morales no han salido a aclarar el irregular panorama. Esperan los votos de las zonas rurales que, dicen, tardan más en llegar al centro de cómputos.
En la región, las repercusiones también comenzaron. En Argentina -donde votaron alrededor de 100 mil bolivianos- la administración central mostró preocupación por la irregularidad. “El Gobierno argentino sigue con atención el desarrollo del escrutinio de elecciones presidenciales de Bolivia llevadas a cabo este domingo 20 de octubre, esperando concluya rápidamente el cómputo de votos interrumpido así como la publicación de los resultados oficiales de esta jornada de votación. El Gobierno argentino espera se reanude el proceso de escrutinio con todas las garantías de modo que se pueda conocer el pronunciamiento del pueblo boliviano en esta ronda electoral”, indicó su cancillería en un comunicado.
El TSE ofreció los primeros resultados del conteo rápido unos minutos ante las 20 (hora local). Con el 83,73% de las mesas escrutadas, el actual mandatario obtenía el 45,28% de los votos; mientras que el ex presidente Mesa, el 38,16%. De mantenerse estos resultados, por primera vez en la historia habría balotaje. En este escenario, los votos que faltan contar se vuelve definitorios para confirmar o no esa segunda vuelta, y la demora en la difusión de esos datos es cada vez más sospechosa.
El primero en tomar la palabra fue Mesa, quien celebró su performance en las urnas e indicó que habría segunda vuelta. Pero minutos después salió Evo a hablarle a sus seguidores. Su intervención, una vez suspendida la difusión de datos, alimentó ciertas sospechas. Es que el mandatario no admitió la posibilidad de una nueva contienda y afirmó que “con el voto del campo” alcanzará al menos el 50% de los votos como en cada una de las otras elecciones.
Fuente: Infobae.com