La ONU advirtió que el COVID-19 podría generar una “gran crisis” de deuda en América Latina

El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, advirtió este lunes que América Latina podría sufrir en 2021 una “gran crisis” de deuda soberana debido al fuerte gasto público que han tenido que hacer los países para afrontar la pandemia de covid-19, y pidió compresión de los acreedores.

“Se vislumbra una posible gran crisis de deuda soberana el próximo año”, advirtió Guterres en el marco de un discurso durante una cumbre virtual con jefes de Estado y de gobierno de Centroamérica que se realiza de forma reservada.

La reunión es organizada por el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y en la misma participa su secretario general Vinicio Cerezo.

Según Guterres, el impacto de la pandemia del nuevo coronavirus “ampliará significativamente la brecha de financiamiento” de América Latina y el Caribe, lo que podría llegar a generar “una gran crisis de liquidez”, es decir, falta de dinero para que la economía camine a su ritmo habitual.

En consecuencia, el secretario general de la ONU apeló al “apoyo” de entidades financieras multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), además de los países del Grupo de los Veinte (G20).

Una de las medidas que Guterres pidió a estos organismos es que acepten retrasar el cobro de la deuda hasta finales de 2021.

La iniciativa de la ONU, explicó el Banco Mundial en una reseña, tiene como principal objetivo “permitir a los países pobres concentrar sus recursos en combatir la pandemia y proteger las vidas y los medios de subsistencia de la población más vulnerable”.

El secretario general de la ONU también llamó al FMI, al BM y al G20 a brindar la posibilidad a los países de América Latina, incluyendo a los de ingresos medios, de “considerar la posibilidad de conceder un mayor alivio, incluidas las cancelaciones de deuda”.

El G20, de hecho, aprobó a mediados de noviembre un programa para reestructurar la deuda de docenas de países pobres afectados por la pandemia del coronavirus. El programa fija las reglas comunes para todos los miembros del club para reducir o refinanciar la deuda de esos países, aunque el examen se hará “caso por caso”.

La suspensión de pagos de la deuda externa a los países del G20 ya había sido prolongada el mes pasado por un periodo de seis meses.

No obstante, el Banco Mundial y las organizaciones que militan por la abolición total de la deuda habían reclamado una suspensión de un año. Los miembros del G20 no han descartado por completo eventuales cancelaciones de deuda, aunque indicaron que sería en casos puntuales.

“Si la cancelación de la deuda es necesaria, en los casos más difíciles (…) cada acreedor participante llevará a cabo sus procedimientos internos de aprobación, sin dejar de informar de ello a los demás acreedores”, explicó el texto de los ministros de Finanzas del G20, que este año está presidido por Arabia Saudita.

El FMI estimó que el PBI de América Latina regional se contraerá este año 8,1% frente al 9,4% pronosticado en junio. Pero si bien mejoró su estimación, advirtió por “profundas recesiones” en algunos países muy golpeados por la pandemia de covid-19.

Entre los factores para esta situación mencionó la continua propagación de la covid-19, el impacto de la crisis sanitaria en sectores clave como el turismo, y una mayor dependencia del financiamiento externo, incluyendo las remesas.

Para 2021, el FMI proyectó una recuperación del PIB regional de 3,6%, un dato ligeramente peor al pronosticado en junio (3,7%).

En un informe posterior, la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas ha señalado que el Producto Interior Bruto (PIB) de la región debe crecer a una tasa interanual del 4% y realizar una redistribución de hasta el 3% del PIB anual para eliminar la pobreza de la región en 2030.

Así lo indicó la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, quien dijo a su vez que el crecimiento solo será posible si se supera la restricción externa al crecimiento mediante una competitividad “auténtica” basada en el desarrollo de capacidades humanas y tecnológicas.
Fuente: Infobae.con