Australia anunció este miércoles la primera ronda de sanciones contra Rusia después de que Moscú reconociera la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donestsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y ordenara el despliegue de militares en esos dos enclaves.
El primer ministro, Scott Morrison, detalló que Australia prohibirá la entrada a ocho miembros del consejo de seguridad ruso, a quienes les aplicará sanciones financieras, además de sanciones contra industrias de diversos sectores como la energía, minería e hidrocarburos de Donestsk y Lugansk, así como instituciones bancarias como el VEB y el banco militar ruso, entre otras.
El Gobierno australiano enmendará las regulaciones sobre las sanciones autónomas de 2011 que se aplican a Crimea y Sebastopol para expandirlas a Donestsk y Lugansk, según explicó Morrison en una rueda de prensa en Sídney tras una reunión del Comité de Seguridad Nacional.
“La invasión de Ucrania ya ha comenzado. Esta invasión es injustificada, no provocada e inaceptable”, dijo Morrison, al asegurar que “los australianos siempre se enfrentan a los matones, y nosotros nos enfrentaremos a Rusia”.
Australia sigue con esta medida los pasos de sus aliados como Estados Unidos, Reino Unido, Japón y la Unión Europea, junto a quienes trabajará para identificar a otras personas que pueden estar sujetas a futuras sanciones.
El Gobierno australiano también coordina con los vecinos de Ucrania potenciales acciones para ayudar a las personas desplazadas y ordenó que se acelere la tramitación visados de alrededor de 1.400 ucranianos que los han solicitado a Australia, incluyendo estudiantes.
Morrison también informó de que su Gobierno ha contactado con una serie de empresas estratégicas ante un potencial ciberataque a las infraestructuras críticas por las medidas impuestas contra Rusia.
Australia, calcula que hay unos 1.400 ciudadanos y residentes en Ucrania. El Gobierno de Canberra informó este martes de que ordenó a todos sus diplomáticos salir de Ucrania debido al “creciente riesgo” por el envío militar de Rusia a las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, autoproclamadas repúblicas separatistas, con el objetivo de “mantener la paz”.
A mediados de mes Australia ya ordenó que todo el personal de la Embajada de Australia abandonara Kiev y se encontraba brindando servicios consulares en la ciudad ucraniana de Leópolis (Lviv), a 70 kilómetros de la frontera con Polonia.
El Gobierno de Australia, un aliado histórico de EEUU, ha expresado en varias oportunidades que no tiene intención de desplegar tropas en el este de Europa porque tiene que mantener la seguridad en el Indopacífico, aunque contempla la posibilidad de proporcionar equipo militar si se agudiza la crisis.
Fuente: Infobae. com