El Papa Francisco remitió una carta de agradecimiento al presidente de la Cámara de Diputados, Dr. Carlos María López quien le había obsequiado un “poncho para’i de 60 listas”, en ocasión de su visita a la Santa Sede, cuando participó de la ceremonia de ordenación del arzobispo, Adalberto Martínez, como el primer cardenal paraguayo.
El Santo Padre alude en su misiva que el obsequio de la prenda artesanal evoca las raíces del Paraguay y, al mismo tiempo, los frutos que está llamado a producir.
“Las raíces del Paraguay hablan del trabajo de muchas personas que, entrelazando proyectos, en silencio y con esfuerzo, ganan el pan para sus hijos, construyendo cada día un pueblo de hermanos y hermanas que quieren caminar en paz y libertad”, refiere.
El poncho para’i de 60 listas, recordemos, es elaborado por artesanas de Piribebuy, departamento de Cordillera.
Carta Francisco al Pdte HCD 01-850.JPG“Asimismo, la labor de las artesanas que han realizado esta prenda, tan típica de nuestras tierras latinoamericanas, nos habla del futuro de esa nación, de los frutos que es capaz de dar; esto es: hilos entretejidos de vida y teñidos con colores de fraternidad y solidaridad”, dice parte del agradecimiento del su Santidad.
“Los animo, por tanto, a seguir adelante por esas sendas de colaboración y ayuda mutua, teniendo objetivos comunes que puedan ‘abrigar’, como el poncho de Piribebuy, los sueños compartidos de todos los hijos e hijas de esa querida tierra paraguaya”, dice en otro párrafo.
Finalmente, el Papa Francisco, al tiempo de bendecir al parlamentario paraguayo pidió también que recen por él.
“Que Dios bendiga a usted y a sus seres queridos, y la Virgen de Caacupé los cuide. Y, por favor, le pido que rece por mí”, culmina la carta de agradecimiento del Papa Francisco, fechada el 7 de noviembre pasado.
Según publicaciones de Instituto Paraguayo de Artesanía y de la Secretaría Nacional de Cultura, el poncho para’i de 60 listas, recibió su nombre en memoria de los 60 soldados que, durante la Guerra contra la Triple Alianza, fueron ultimados y enterrados en una fosa común con ponchos blanco y negro en la ciudad de Piribebuy. Fuente: Diputados