La Superintendencia de Salud concluyó en una auditaria que la terapia intensiva en el hospital Regional de Villarrica que no funcionó porque fue desmantelada a días de su inauguración, fue inaugurada por las autoridades de forma prematura y sin garantías de operatividad real.
La Superintendencia de Salud que inició en marzo pasado la auditoria, luego de la muerte del pequeño Osman de Guairá en Asunción, debido a que no pudo acceder a la terapia neonatal en Villarrica que había sido inaugurada por el mandatario Santiago Peña y la ministra de Salud, María Teresa Barán el 20 de febrero pasado.
El informe indica que la inoperatividad de la unidad de terapia intensiva muestra que hubo “falta de planificación, ausencia de protocolos operativos y debilidad en la gestión institucional del recurso habilitado». Además, termina diciendo que «la cadena de atención clínica, administrativa y logística involucrada en este caso presentó fallas en todos sus niveles, lo que impidió una respuesta eficiente y oportuna ante una situación de alto riesgo».
En el último punto mencionado, la Superintendencia también incluye a Servicio Medico de Emergencias Extrahospitalarias (SEME) por haber dado una respuesta «inadecuada» y la «falta de coordinación» para trasladar rápidamente al bebé prematuro hasta otro centro asistencial para su atención.
Debido a lo ocurrido, en el Congreso opositores y disidentes plantearon la interpelación a la titular del Ministerio de Salud, María Teresa Barán. Sin embargo, tuvo un amplio respaldo de los oficialistas y los pedidos fueron archivados. Igualmente el Ejecutivo, pese a la crisis generada, pidió al parlamento confiar en ella y evitar que sea interpelada por lo ocurrido.