El Senado aprobó una declaración que reconoce a la carne pisada al mortero como parte de la identidad paraguaya. Además, instan a la Secretaría Nacional de Cultura a iniciar el proceso para declararla patrimonio cultural inmaterial.
El tradicional so’o josopy, carne pisada elaborada con mortero o angu’a, fue declarado alimento nacional del Paraguay y de interés cultural por la Cámara de Senadores. La declaración, aprobada por unanimidad, también solicita que se inicien los trámites ante la Secretaría Nacional de Cultura para oficializar tanto este alimento como su proceso de elaboración —incluido el uso del mortero— como Patrimonio Cultural Inmaterial.
El senador Rafael Filizzola, proyectista de la iniciativa, explicó que el so’o josopy no solo forma parte de la gastronomía tradicional paraguaya, sino que representa una técnica culinaria ancestral que se ha transmitido de generación en generación. Agregó que esta práctica refleja la historia, la identidad guaraní y la diversidad cultural del Paraguay.
“En el Senado se aprobó el proyecto que declara alimento nacional del Paraguay y de interés cultural a la carne pisada (so’o josopy) y al proceso tradicional de elaboración con mortero (angu’a). Además, instamos a la Secretaría Nacional de Cultura a iniciar los trámites para su oficialización como Patrimonio Cultural Inmaterial del Paraguay, del mortero, la carne pisada (so’o josopy) y también la carne deshidratada al sol, conocida como cecina (so’o piru)”, expresó Filizzola.
Según la exposición de motivos, la carne pisada se prepara a partir de carne cocida o deshidratada al sol, como la cecina, y es molida manualmente con un mortero de madera. Esta técnica otorga una textura única al alimento, que suele estar presente en celebraciones familiares y comunitarias.
Según el abogado e investigador Pedro Gamarra Doldán el angu’a era una herramienta central en la cocina paraguaya antes de la introducción del trigo molido. En la cocina colonial e incluso en la etapa independiente el mortero se utilizaba para aplastar maíz, trigo y carne. Era una herramienta indispensable, construida con maderas resistentes y aún vigente en muchas comunidades rurales del país.
El proyecto también destaca que el mortero, como instrumento cultural, puede ser considerado patrimonio inmaterial por su conexión con tradiciones, saberes ancestrales y técnicas de construcción comunitaria.
La Cámara Alta aprobó el pasado miércoles la Declaración N.º 294, que formaliza este reconocimiento. “Es un paso más para preservar y honrar las raíces y las tradiciones que nos hacen paraguayos y paraguayas”, concluyó Filizzola.