La muerte de una beba de un año en el Hospital de Barrio Obrero desató una desgarradora denuncia por parte de su madre, Esmeralda Duarte, quien atribuye el fallecimiento a la falta de un protocolo adecuado para pacientes con problemas respiratorios y a la ausencia de una cama en terapia intensiva. La pequeña, que ingresó al hospital el viernes pasado con complicaciones respiratorias, necesitaba una cama de terapia que, según la madre, no estuvo disponible.
Esmeralda Duarte relató a radio Monumental 1080 AM que, en la primera consulta del viernes, a su hija «ni siquiera le revisaron bien» y solo le recetaron prednisona y salbutamol. Aunque la niña amaneció bien el sábado, su salud se descompuso al mediodía, llevándola de nuevo al hospital donde la nebulizaron directamente. La beba, que recibía tratamiento similar al de asmáticos desde los cuatro meses, «salió peor, completamente inconsciente» de esa segunda atención, según la madre.
La situación se agravó rápidamente: «Después le hicieron una placa, le mandan medicamentos por las vías y mi hija comenzó a escupir sangre». La niña fue intubada, y los médicos informaron que no había terapia disponible, alegando una infección pulmonar y que la beba había esperado mucho tiempo por una cama.
Aunque consiguieron una cama en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, la pequeña sufrió un paro antes del traslado, fue reanimada por 26 minutos y, al llegar al segundo hospital, tuvo un segundo paro y no fue socorrida. «No tengo plata, yo soy pobre y por eso le perdí a mi hija», lamentó Esmeralda, exigiendo justicia y una explicación, ya que incluso los estudios post-fallecimiento no fueron de carácter urgente.