En un breve discurso dirigido a simpatizantes que se encuentran en la plaza de la democracia, el presidente Mario Abdo Benítez pidió «perdón» por los errores cometidos pero aclaró que jamás actuó de mala fe en referencia al caso de la firma del acta bilateral firmado con el Brasil en materia energética.
“No creo merecer lo que estoy pasando. Fueron los 10 días más difíciles de mi vida”, expresó visiblemente emocionado el jefe de estado.
Reveló que antes de salir de su casa se encomendó a Dios, como todos los días, y encomendó a la nación paraguaya.
“Marito nunca será más importante que el Paraguay. Le pido que se trate cuanto antes el juicio político, estoy dispuesto a enfrentar lo que tenga que enfrentar”, destacó el mandatario, con la voz quebrada por momentos.
«Yo siempre digo que Dios le da las peores batallas a los mejores guerreros», destacó Abdo, quien luego de dirigir el discurso abandono la plaza donde miles de colorados se encuentran concentrados exigiendo el fin de la amenaza del juicio político.